viernes, mayo 06, 2011

ORACION POR MIS PADRES


desde antes de naces os amaba en los árboles
y en las vías del tren y en las ventanas.
desde antes de nacer ya nací en vuestros ojos
que miraban las cosas
que yo también vería alguna vez:
los ríos y las casas, la oscuridad y el eco,
los pasos en el suelo de madera, la comida caliente,
el estremecimiento, la compasión, las risas.
nací de vuestros ojos mirándose en los ojos de la vida.
de vuestra luz de estrella guiando al navegante que llegaría a ser.
de vuestra fe en el tiempo y los abrazo.
desde antes de nacer os amaba en vosotros,
emboscado en vosotros, creciendo con vosotros:
ni semilla siquiera de futuro
pero sintiendo que ya me cuidabais como el aire a sus aves;
sin nombre todavía
aunque todas las cosas me nombraban ya a mí.
qué feliz coincidencia la que me trajo al ser:
vuestros ojos cruzándose en un baile,
vuestras manos brotando en el humus regado del deseo,
vuestras palabras limpias construyendo un camino en el que yo
dejaría muy pronto mis huellas diminutas.
qué feliz coincidencia estar aquí, ser esto, tener sitio.
sólo por eso os amaría
como un volcán al centro de la tierra,
como una ley a sus repeticiones,
como una cuna a su bebé dormido.
nací, y fue para siempre, de vuestra alfarería,
del barro del azar y del amor,
en el que moldeasteis mis piernas y mis sueños.
os doy las gracias y también le doy las gracias
y el magma espiritual de las constelaciones.
os doy las gracias por ponerme un pie
en el origen y otro en el fin,
por hacerme misterio y recorrido y reflejo y distancia y este punto.
os doy las gracias por haber creído en la difícil posibilidad
de que yo leyera alguna vez libros
o de que el vino rojo bajara por las suaves comisuras de mi amada
hasta mi lengua temblorosa
o de que comprendiera esa antigua verdad que enuncia un barco por un río.
sin vosotros me hubiera perdido el universo,
las ensaladas, los amigos, el otoño en el sur,
los cuentos de vampira, el sexo en catarata,
los colores, la luz, el humor, los jerseys.
sin vosotros no hubiera hallado ningún yo para vestirme
y estaría ambulando por la nada,
un fantasma del no, un círculo intrazado, un vacío vacío.
os doy las gracias por haberme rescatado del nunca y del jamás.
y le pido a esta mesa
y a la sonrisa de esa niña que juega en el jardín
y al chillido del mono que me exige las sobras
y a la higuera feraz y a las ardillas
y a las nubes lentísimas que aplacan el ardor de mi mirada
y al bolígrafo azul y a la página en blanco
y a los cojines rojos y a los ventiladores:
le pido al mundo y las cosas que
os cuiden tan bien como vosotros me habéis cuidado a  mí.
que os cuiden con el mismo amor que ya os tenía
desde antes de nacer en vuestros ojos.

jesús aguado

lunes, mayo 02, 2011

nobody, not even the rain has such small hands



en algún lugar al que nunca he viajado, felizmente más allá
de toda experiencia, tus ojos tienen su silencio:
en tu gesto más frágil hay cosas que me rodean
o que no puedo tocar porque están demasiado cerca.

tu mirada más fugaz me abrirá fácilmente
aunque me haya cerrado como un puño,
pétalo por pétalo me abres como la Primavera abre
(tocando hábil, misteriosamente) su primera rosa

o si deseas cerrarme, yo y
mi vida nos cerraremos muy bella, súbitamente,
como cuando el corazón de esta flor imagina
la nieve cayendo cuidadosa por doquier
nada que hayamos de percibir en este mundo iguala
la fuerza de tu intensa fragilidad, cuya textura
me somete con el color de sus campos,
retornando a la muerte y la eternidad con cada respiro.

(no sé qué es lo que en ti cierra
y abre, sólo algo en mí entiende
que la voz de tus ojos es más profunda que todas las rosas)
nadie, ni siquiera la lluvia, tiene manos tan pequeñas


ee cumings