chacón
Cuando Antonio Chacón subía sin aliento las escaleras, camino del estudio donde grabaría sus últimas placas iba pensando:
- Están locos. Estos hombres de hoy están locos. ¿Por qué coño querrán hacerle retratos a la voz?
Suspiró.
Por fin, alcanzó el descansillo y se detuvo jadeante.
Uno de los que iban con él le animó:
- Vamos, Don Antonio, que ya queda menos.
Chacón musitó:
- Nada, ya no queda nada.
- Están locos. Estos hombres de hoy están locos. ¿Por qué coño querrán hacerle retratos a la voz?
Suspiró.
Por fin, alcanzó el descansillo y se detuvo jadeante.
Uno de los que iban con él le animó:
- Vamos, Don Antonio, que ya queda menos.
Chacón musitó:
- Nada, ya no queda nada.
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