lunes, mayo 15, 2006

La mano de Dios

Mi pequeña vida recóndita: Una llama de cerilla que flamea asustada en el hueco de la mano de Dios durante las ventosas noches del mundo. Sí, en el asustado resplandor de mí mismo he visto la palma de la mano de Dios. Era dura y tosca, gastadacomo la mano de un colono que una tarde en su campo aplasta un grano de cebada para ver si el meollo es bueno. Hans Borli*Traducción de Francisco J. Uriz *Hans Borli (1918-1989). Noruega. Nació en Eidskog. Trabajó de leñador la mayor parte de su vida. Debutó en 1945, y un año después publicó la novela "El que eligió el bosque". Ha escrito poesía y prosa.

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