miércoles, enero 26, 2011

ÉL Y EL ALCOHOL

"ha llamado a alcohólicos anónimos. ahora mismo  no podemos atenderle, por favor deje su mensaje después de oir la señal. piiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii.

(trabucándose por doquier y con pausas en las que suenan golpes sospechosos.) Hola, buenos días. El motivo de mi llamada es que soy alcohólico y me gustaría entrar en un programa de rehabilitación porque yo no puedo seguir así, no puedo… Yo empecé a beber de chico, cuando mi madre me mojaba el chupe en vino dulce para que se me abriera el apetito, porque yo era un niño mu delgadito y no tenía nunca hambre y dormía mu poco y, claro, mi madre me daba el chupe con vino dulce que abría el apetito, que dicen que lo abría, porque yo no lo tengo claro, no sé si lo abría o no lo abría, a mí me parece que no,  porque yo seguí siendo mu canijo y tenía muy poquitas ganas de comer y así sigo, porque yo engordar, lo que se dice engordar, no he engordao nunca. Mi madre me decía “cuando vayas a la mili embarnecerás”, pero yo me fui a la mili y volví de la mili y no he embarnecío. Por eso te digo.. puedo tutearte, ¿verdad? que por eso te digo que yo creo que abrí el apetito no lo abría, y por mi experiencia, yo diría que más bien lo cerraba y lo dejaba cerrao pa siempre. Pero, vamos, lo cerrara o lo abriera o lo dejara encajao, la cosa es que lo que sí hacía era enganchar porque no hay más que verme, que soy un adicto, un borracho, un viva-la-virgen que cuando bebe no conoce a nadie ni se acuerda de nadie. Y yo ya no quiero seguir así. Lo he intentado todo. Todo. Pero no me ha salido nada. Nada. Ahora mismo, por ejemplo, estoy borracho como una cuba, como una cuba. Me acabo de caer… ahora me estoy intentando levantar, pero no me levanto, no consigo levantarme. ¿Me puedes ayudar? No, no puedes, claro. Tú no eres nadie. Yo tampoco soy ya nadie. Yo nunca he sido nadie. Bueno, a lo mejor, al principio, cuando mi madre me daba la teta y no tenía todavía el chupe en vino dulce, entonces, a lo mejor, era alguien, pero eso duró poco. Unas semanitas. Luego, ya sólo he sido el alcohol, el alcohol. Y, claro, cuando bebo, me hago amigo de cualquiera, de cualquiera. Me hago amigo hasta del alcohol, que es mi peor enemigo. Y aquí sigo, en el suelo, con mi amigo el alcohol, que no es mi amigo, ni es nada, pero yo lo quiero. Vamos, no lo quiero, pero lo tengo, pero lo… no sé. 

0 comentarios:

Publicar un comentario

Suscribirse a Enviar comentarios [Atom]

<< Inicio