sábado, mayo 22, 2010

anoche fui a ver "una palabra" al cas. espectáculo de paloma díaz con su compañía la permanente. bailan e interpretan ella e isabel vázquez a partir de una idea de la propia paloma. alfonso zurro firma la dirección escénica.
sigo siendo cada vez más feliz con la experiencia como espectador.
ese momento en que uno se sienta en la butaca y todo puede pasar: desde el aburrimiento al enfado, desde la carcajada al milagro, desde la emoción de la belleza hasta el odio por quienes tienes delante (sí, yo he odiado a los intérpretes y los espectadores que me rodeaban en muchas ocasiones, sobre todo, cuando he ido a ver una comedia divertídisisma para tooooodo el auditorio excepto para mí). es en ese instante, justo cuando el espectáculo va a comenzar, cuando me emociona la vulnerabilidad del hecho teatral, la extrema exposición del que se coloca en el centro de todas las miradas y ofrece su ser de ese instante (cuerpo y corazón) a los allí presentes. esa fragilidad, esa exposición se hace evidente cuando, como en una palabra se escapa del espacio tradicional del teatro, de la magia y la trampa de la cámara negra y las luces y se hace el espectáculo a "pecho descubierto", sin trucos con que fascinar al espectador, sin lugares donde esconderse.
la obra arranca, tras un pequeño prólogo, con las dos intérpretes sentadas en un sofá rojo sobre fondo blanco. silencio y miradas al espectador: pura exposición, pura vulnerabilidad. a partir de ahí, mezclando textos y movimiento la pieza, como casi todas las de paloma, desarrolla variaciones en torno a la dificultad de comunicarse, a la necesidad de comunicarse, a la frustración por no poder comunicarse, a la esperanza de encontrar un espacio donde la comunicación sea posible. hay humor y hay dolor a partes iguales. el drama latiendo debajo de la comedia hasta que estalla. es ahí, cuando el drama se hace el protagonista, cuando la pieza me fascina. al principio de la función paloma e isabel escriben palabras sugeridas por el público en papel pegados a la pared blanca. en un cierto momento, esos papeles se tranforman en vestidos y el movimiento se vuelve denso, lento, furioso sobre la música envolvente de lou reed (it´s so nice to disspear...). los vestidos con palabras son entonces la pesada carga que arrastramos: las palabras que dijimos y dolieron, las "palabras bomba" que, dichas por azar o con odio, nos mataron, todas las palabras que no quisimos o no supimos decir. isabel y paloma arrastran esa carga, bailan con ella, contra ella... al final, otro tema envolvente "silence is so sexy" y ambas sentadas en el sofá, exponiéndose de nuevo, pero también retando al espectador, dejan pasar el tiempo (¿cuatro? ¿cinco minutos?) y es en esa "apología del silencio" donde parece que se sospecha la esperanza encontrar todo eso que las palabras no dejan que ocurra.

domingo, mayo 09, 2010

mitia karamazov

‑También ‑‑continuó‑ estoy, por desgracia, enamoriscado de una bribona. Pero enamoriscarse no es amar. Uno puede enamoriscarse y odiar: acuérdate de esto. Hasta ahora he hablado alegremente. Siéntate a la mesa, cerca de mí, para que yo pueda verte. Tú me escucharás en silencio y yo te lo contaré todo, pues el momento de hablar ha llegado. Pero óyeme: he pensado que aquí hay que hablar en voz baja, porque tal vez anda cerca alguien con el oído aguzado. Lo sabrás todo: ya te lo he dicho. Oye, Aliocha, ¿por qué desde que me instalé aquí, hace cinco días, tenía tantas ganas de verte? Porque te necesito... Sólo a ti te lo contaré todo. Mañana terminará una vida para mi y empezará otra. ¿Has tenido alguna vez en sueños la impresión de que caías por un precipicio? Pues mira, yo he caído de veras... No te asustes... Yo no tengo miedo..., es decir, sí que tengo miedo, pero es un miedo dulce que tiene algo de embriaguez... Además, ¡a mí, qué! Carácter fuerte, carácter débil, carácter de mujer, ¿qué importa? Loemos a la naturaleza. Mira qué sol tan hermoso, qué cielo tan puro. Por todas partes frondas verdes. Todavía estamos en verano, no cabe duda. Son las cuatro de la tarde. Reina la calma. ¿Adónde ibas?
imagen: Geraint Lewis en The Grand Inquisitor (Théâtre des Bouffes du Nord)
direccion: peter brook