miércoles, febrero 16, 2011

COMO LA VIDA ES TAN AMABLE



"a enrique morente, ahora que se fue de las portadas"


el amor es una cosa muy rara, una cosa rara que se expresa de muchas formas y nos vincula a gente que no conoces o sólo conoces de pasada. yo amo a enrique morente. y uso el presente con plena convicción porque, como decía el poeta: "no es el amor quien muere, somos nosotros". lo amo porque he amado cada uno de sus discos con una pasión que no se ha dejado vencer por el tiempo. desde aquel cante flamenco acompañado por felix de utrera en el que, entre otras, nos regaló aquella joya cuyo verso primero resuena ahora dolorosamente "se me apareció la muerte". una joya porque su voz, claro, pero también por los silencios espesos que parecen pugnar por decir lo indecible. sí, desde aquel cante flamenco hasta el penúltimo disco de estudio pablo de málaga donde volvió  a reinventarse sin dejar de ser él mismo en cada  tema, en cada tercio. pienso ahora en los tientos griegos o en esa soleá infectada de vida y desolación: "el cante no es alegría/ el cante es decir la pena/ que se tienen escondías". he escuchado todos y cada uno de esos discos, más los dos que publicó después con recopilación de actuaciones en directo, y he sentido -como sólo puede hacerlo el enamorado-  que me hablaba sólo a mí, y más, que ese lenguaje era un código secreto que sólo él y yo conocíamos. ese amor fue aliado, compañía en mis tristezas y alegrías: aquel verano en que creí morir de otro amor, omega fue bálsamo y luz de esperanza, esa primavera en la que otro amor me trajo vida y alegría, morente sueña la alhambra fue himno gozoso, celebración del milagro de haber encontrado a mi compañera. y más: el pequeño reloj como  obra única y llena de amor por los clásicos, cruz y luna como un cancionero flamenco hermoso y desprejuiciado, se hace camino al andar como uan primera reinvención del cante, despegando como el primer paso -junto a la leyenda del tiempo- de la revolución flamenca, y así hasta agotar títulos en esta cronología del amor, de mi amor por él. de su amor por nosotros y por el flamenco, ese regalo constante de cante flamenco vivo, libre.
mi amor por enrique morente fue prudente, discreto, como sólo puede serlo el amor verdadero. las pocas veces que coincidí con él, preferí observarlo en la distancia, guardar esos ratos compartidos, los gestos no como fan sino como enamaorado. aún así, tuve el privilegio de escucharlo hombro con hombro, cantar por seguiriyas en un bar de madrid (el mago) después de haberle oído esa misma noche cantar (un poco más lejos, pero en el mismo cuarto) 10 ó 12 tarantas, infinitas solerares. podría hablar de sus conciertos, de los que vi, incluido el último en agosto pasado en madrid en los sabattini, yo solo entre el público, diciéndole oles bajito, mientras él se reinventaba la malagueña de chacón, del rito de asomarme periódicamente al youtube por si habían colgado algo nuevo de él, del placer de escucharle llorar por soleá  acompañado por pepe habichuela,... meros fetiches de un amor que es más grande que eso, un amor que me acompañará toda la vida.
como todo enamorado, desde que se fue, estoy en un descampado, me siento un sin techo porque, con él, todos los que nos acercamos al cante a través de los maestros: chacón y el torre, tomás y pastora, marchena, carbonerillo, vallejo, caracol, el gallina, mairena, bernardo, matrona,... y que, sin embargo, creemos en el flamenco como un arte vivo y libre, sabíamos porque él lo ejemplificaba, que sí que era posible hablar al hoy, con músicas y gestos y palabras de hoy o dándole nueva vida a las de siempre.
esto es todo lo que he dicho, queda lo que no sé decir, pero hablo de amor y afirmo que el amor es una cosa muy rara, pero también un milagro que mueve al mundo.


14 de diciembre de 2010

http://www.youtube.com/watch?v=8Op71-yi-xo

Etiquetas: