jueves, mayo 29, 2014

escribir




había olvidado esto. esta certeza de que nunca se te ocurrirá algo bueno en los próximos quince años, este malestar mientras miras el papel blanco o tachas una página entera. había olvidado la de cosas que descubres que tienes que hacer justo a la hora en que has quedado contigo mismo en sentarte a trabajar. lo había olvidado.
pero también el placer de una solución que llevas días buscando, una buena réplica, la luz que ilumina de pronto a un personaje que no entendías. había olvidado la felicidad de teclear o dejar que la mano vuele por el papel cuando todo fluye, cuando has conectado con el manantial, había olvidado el deslumbramiento de volver a sentir eso que te hizo amar las palabras
y querer regalarle las tuyas, torpes, imperfectas, a los otros.